miércoles, 13 de julio de 2011

Quiero paz






Es increíble, yo que estoy tratando de alejarme cada vez más del bullicio de las ciudades y de su modo de vida, tengo que decidir si acompaño o no a mi hija que necesita ir a vivir a Capital y me pide que vaya con ella.
 Su necesidad es cierta y valedera, estamos a una hora de viaje de Buenos Aires y hacer todos los días ese trayecto para ir a trabajar y estudiar se hace realmente muy dificil y sobre todo cansador.
 Pero el hecho concreto es que si bien yo tampoco quiero separarme de ella porque la voy a extrañar mucho como ella me dice que le pasará conmigo, no puedo dejar de recordar que yo hace mucho que ya no quiero las aglomeraciones, el barullo y el lío de la ciudad.
 Por otra parte, hoy en día dejar nuestra casa sola es muy peligroso y alquilarla es la seguridad de que la van a descuidar por completo.
 En definitiva, que me encuentro como no pensé que me pasaría con la disyuntiva de qué hacer, si sacrificar mi deseo de paz, sosiego y tranquilidad o hacerlo y trasladarme con mi hija a un departamento en Capital para que a ella se le haga más fácil todo lo que está haciendo.
 En realidad ella podría irse sola, el tema es que no está acostumbrada y llora porque dice que me va a extrañar mucho y yo se que es cierto porque yo también pienso lo mismo acerca de ella, que si se va sola la voy a extrañar demasiado.
 Es que ya hace doce años que ambas vivimos solas y nos hemos unido mucho, tanto que ahora nos es imposible pensar en separarnos sobre todo porque ella se iría sola.
 Otra solución sería vivir con una amiga, pero ella reconoce que no tiene carácter para compartir la vida con nadie que no sea yo, por lo menos por ahora. Novio no tiene ni quiere tener, es una chica muy especial que en ese sentido no quiere compromisos y yo la apoyo porque pienso que si no está preparada para asumirlos o no quiere hacerlo porque prefiere la vida sin un hombre a su lado no me parece que tenga que intervenir, es más pienso que hace bien, que no se necesita un marido al lado toda la vida, de hecho la experiencia me dice que no hacen más que arruinarnos la vida.
 En fin, acaba de llegar con un humor de perros y yo tengo que encerrarme en mi habitación para estar un poco en paz. Sinceramente no sé qué voy a hacer, tengo que reconocerlo, mi hija es una chica difícil para vivir, aunque yo la amo profundamente igual.

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