domingo, 26 de junio de 2011

Deseo


El mundo se ha tornado en un lugar hostil para mí, tanto que no quiero ya ni salir de mi casa. Hoy es domingo por la noche, mañana tengo que retomar mis tareas habituales y sinceramente no tengo deseos de recomenzar la semana.
 Es cierto que esto le sucede por lo general a todo el mundo y es llamado algo así como el "sindrome del domingo" pero en mi caso la situación la siento más profunda.
 Este fin de samana lo pasé sola totalmente y fue una experiencia agradable. Estuve todo el sábado haciendo lo que más me gusta, escribiendo en mis blogs y descansando de todo y de todos. Tanto que ni quise que viniera la chica que me ayuda en casa que siempre lo hace los sábados por la mañana.
 Tuve que salir apenas una media hora para hacer unas compras y luego me encerré todo el día, con la sensación de libertad que tanto ansío. Sabiendo que mi hija estaba pasándolo muy bien en su salida de fin de semana, el saber que sólo tenía que dedicarme a mí y hacer lo que yo quisiera me hizo sentir muy en paz.
 Ayudó además el intenso frío que hizo que las personas casi no salieran de sus casas y por lo tanto no hubo casi ruido en la calle, cosa que no sucede y me molesta bastante cuando es día hábil y el tiempo está bueno.
 Vivo en una zona muy poblada, donde el tránsito automotor es casi incesante en esos días y el paso de la gente es igual, ello sumado a las continuas construcciones y arreglos que hacen en las casas y terrenos aledaños me hacen sentir justamente todo lo contrario, una prisionera en mi propia casa y a pesar de ello, oyendo todo ese barullo que viene de afuera. Sinceramente me molesta mucho.
 Huir del mundanal ruido en mi caso no significa solamente el título de un poema de uno de los grandes de la literatura y tampoco el de mi blog, significa un deseo real y consciente, un deseo que espero realizar muy pronto.

martes, 14 de junio de 2011

Paz absoluta para pensar y meditar




Estuve buscando material para una entrada de este blog y no encontré nada interesante, salvo que parece que no somos pocos los que queremos huir del mundanal ruido. Tanto que descrubrí que en España mucha gente decidió irse de las grandes ciudades y se compraron o ya tenían o recibieron por herencia, el hecho es que se fueron a vivir al campo diríamos en Argentina, a las zonas rurales le dicen los españoles.
 Y eso no es todo, han creado allí su manera de vivir también en lo atinente a sus ingresos, disponiendo de esos inmuebles para minivacaciones de aquellos que todavía viven en la ciudad y aún no se han decidido a dejarla pero buscan unos pocos días de distensión y descanso.
 Algo así sucede aquí también con los propietarios de antiguas estancias que las aggiornaron como para ser visitadas los fines de semana por un solo día o en los fines de semana largos con alojamiento para dos o tres días.
 En estos casos en Argentina, es bastante agradable uno de estos lugares porque se hace vida de campo, con paseos a caballo, se almuerza asado y se comen comidas típicas en general.
 Es cierto que todo esto parece muy bueno para aislarse un poco, lo cierto es que en realidad no lo es, porque acude mucha gente y la vida que yo por lo menos ansío para huir del mundanal ruido es en un lugar donde no haya otras personas y donde el tema turístico esté desterrado, porque en esos lugares está todo previsto y preparado para que el que va no haga nada y no es en mi caso lo que busco.
 Yo prefiero ir a un refugio, una cabaña perdida en un bosque, llevarme suficiente mercadería para bastantes días, algo muy importante, un lugar que sea mío y allí hacerme las tareas que yo necesite y que me guste hacer y si no tengo ganas no hago nada y me dedico a leer o meditar.
 A este lugar yo me llevo solamente unos buenos libros y quizás tenga una tv pero para el dvd, mi pequeña netbook solamente para comunicarme con mi hija y saber que está bien y nada más. El resto sólo naturaleza, silencio y eliminación completa de actividades y compromisos.  Ninguna responsabilidad y paz absoluta, lo único que aceptaría es la compañía del hombre que amo, nada más.