
Por qué tengo tan dolorido el corazón? ¿Por qué siento que no soporto ya nada de este mundo? ¿Por qué tengo que hacer tantas cosas? ¿Por qué tengo que cumplir con tantas obligaciones que no quiero, no tengo ganas? Se me acabaron los deseos de hacer cosas, se me acabó la energía. Todo lo que me rodea me oprime, me abruma, de verdad quiero huir, no sé adónde, y ni siquiera sé si estaría mejor, solo se que así ya casi no puedo vivir. No se puede con un dolor permanente en el pecho que produce una enorme angustia y que una quisiera dejar al alma gritar de dolor, llorar a aullidos, gemir.
Estoy excesivamente sensible, no quiero ver a nadie, no puedo ser el soporte de nadie y sin embargo tengo que serlo todavía.
Acabo de hablar por teléfono con mi mamá, menos mal que está mejor, porque cuando no está bien me deprimo aún más, en cambio hoy hasta podría decir que me hizo bien hablar con ella.
Es indudable que yo necesito socializar, hablar con más gente, ver más gente y no huir del mundanal ruido como estoy intentando en este blog.
No hay comentarios:
Publicar un comentario